18 de julio de 2013

Indignación libresca…



Ok, hoy vengo en plan de queja. En realidad es una tontería, pero cuando vi esta imagen me quedé petrificada pensando ¿en serio? ¿En serio puede haber alguien que se haga esta pregunta?


Tal vez todo se reduzca a que la pregunta está mal planteada, no lo sé, pero decir “¿Cómo leer un libro para que sirva de algo?” me suena a que si no lo lees de esa manera entonces no sirve, no podrás sacarle provecho y por ende desperdiciaste tu tiempo y dinero. ¿Exagero?

Yo soy de la opinión de que a todo en esta vida se le saca algo si uno se lo propone, así sean las cosas más simples o las más espantosas, si estás dispuesto a aprender, lo haces. ¡Y en el caso de los libros más! Por más malas lecturas que haya tenido en mi vida, nunca cambiaría una sola de ellas porque cada libro me ha ayudado y me ha aportado ideas de una u otra manera, o por lo menos me ha servido para entender por qué es malo y qué “no debo hacer” al escribir; sin dejar de largo que cada lectura te forma como lector. Es como el arte culinario o como ser un catador de vinos: entre más pruebas de todo puedes volverte entonces más exigente, saber del tema, tener una opinión fundamentada, poder elegir entre A y B…

Pero decir “¿Cómo leer un libro para que sirva de algo?” en serio me molesta. Pensemos en lo que está frase implica y generalicemos libro como cualquier obra, desde Shakespeare hasta Osho. Es más, quitemos libro, porque al final de cuentas lo están rebajando tanto en esta oración que al final importa un bledo qué leas: ¿cómo leer para que sirva de algo? Ésa es la esencia de la premisa y por ende se entiende que al final de cuentas la lectura tiene un método porque de lo contrario no es posible hallarle provecho y no obtendrás ganancia alguna. Dejemos de lado la posibilidad de que las personas entiendan que sólo por leer algo ya ganaron y aprendieron; ¿dónde quedó entonces el leer por placer, porque sí, porque se te antojó?

Bueno, no quiero aburrirlos con mis divagaciones, sólo quería dejar asentado que es importante que tengamos en cuenta cómo planteamos las preguntas. No es lo mismo decir “¿Cómo leer un libro para que sirva de algo?” a “¿Cómo sacarle más jugo a tu lectura?” o “¿Cómo disfrutar más lo que lees?”. Ojalá las personas que no tienen el hábito de la lectura como tal descubran que al final de cuentas no por ser un “hábito” es malo o aburrido, mucho menos tedioso (podemos decir que ver la tele a diario es un hábito por ser un hecho repetitivo y eso no la hace aburrida, ¿cierto?). Simplemente leer es una actividad que te permite desconectarte del mundo, pensar, imaginar, viajar a otros lados sin gastar un quinto, descubrir maravillas y al final quedarte con el rico sabor en la boca de que hiciste algo por ti al darte ese tiempo de lectura. ¿Servirá de algo entonces? Sí, de mucho, porque al terminar el libro ya no serás la misma persona que cuando lo empezaste, pues viviste las mismas aventuras que los personajes y creciste con ellos, y al final sin siquiera darte cuenta te habrá quedado un gran y valioso aprendizaje.

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